| Se
trata de uno de los castillos más importantes y extensos de la comarca,
además de ser uno de los más dañados por el paso del tiempo. Fue conquistado por el rey Ismail en 882 durante una campaña dirigida por el hijo del emir de Córdoba contra los Banu Casi de Zaragoza. En 935 fue sitiado por Durrí, colaborador de Abderramán III. En 1083 era residencia del rey al-Mustaín, cuando su alcaide musulmán lo ofreció a Alfonso IV de Castilla. En 1110 Abd-al-Mustaín, fue destronado por los Almorávides, que entraron en Zaragoza; éste pidió ayuda al rey Alfonso I el Batallador, quién acometió a los Almorávides, muriendo uno de los jefes de éstos en la batalla. El castillo fue definitivamente conquistado por el Batallador. Durante el reinado de Alfonso II figuraron varios tenentes. En 1291, Jaime II lo entregó en rehenes a su prometida Isabel de Castilla teniéndolo Lope Ferrench de Luna. Durante la invasión castellana de 1362 el castillo fue defendido heroicamente por Pedro García de Lizana y diez caballeros más. A partir de esta fecha la fortaleza más importante de la zona siguió cambiando de manos continuamente. El castillo ocupa una extensión considerable, de planta irregular, adaptándose al terreno. Se sitúa sobre un espolón, siendo casi inaccesible salvo por uno de sus lados que es protegido por un profundo foso excavado en la propia roca. La fortaleza se dividiría en tres niveles: En el primero se situaría el acceso al castillo, siendo muy probable que este recinto estuviera destinado a las caballerizas, el ganado, habitáculos para trabajos de mantenimiento y defensa, a la vez que también serviría como patio de armas; también es posible que en esta zona se situase la mezquita que tuviese la fortaleza. Encontramos un extraño aljibe excavado en la roca, el cual parece que está sin concluir. En esta zona es donde más se ha dañado la fortaleza, puesto que se han levantado construcciones modernas. Del segundo nivel subsisten varios tramos de muros pertenecientes a diferentes pabellones; quizás éstos formaran parte de la zona residencial. Finalmente el tercer nivel conserva parte de la gran torre del Homenaje y sería la parte más inexpugnable del castillo. Actualmente todo el conjunto se encuentra bastante deteriorado, aunque conservando elementos esenciales como altos muros en su parte este. Años atrás los dueños levantaron en la parte inferior una casa moderna; eso sí, dándole un aire morisco, rehicieron muros y arcadas que no existían en época antigua. Sobre las cumbres que dominan la fortaleza se levantaron sendas torres gemelas, llamadas las hermanillas, seguramente con función de vigilancia. De esta forma quedaba controlado todo el territorio. Extraido de la página : Castillos de Valdejalón. |