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HISTORIA
DE CALATORAO.
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CASTILLO DE CALATORAO. (Revista Empresarios) Las almenas del castillo saludan al visitante de Calatorao, un industrioso pueblo de alrededor de dos mil quinientos habitantes. La industria frut�cola constituye la principal fuente de riqueza de una poblaci�n que disfruta de la fertilidad, que las aguas del Jal�n dan a su ribera. En la Comarca del Jal�n Medio, cuarenta y cinco kil�metros al suroeste de Zaragoza, a las que se accede por las carreteras N.II y A.1304, se encuentra Calatorao. Su prosperidad se deja sentir en la amplitud de sus construcciones, con su crecido caser�o, la animaci�n de sus calles, en el empuje empresarial de su industria frut�cola. Su casco antiguo en el que destaca la torre de la Iglesia, agradable refugio de cigue�as que anidan en su alto, se sit�a sobre una meseta, no muy elevada pero lo suficiente para descollar en medio de la verdeante llanura, mar de hierba que bebe de las aguas del Jal�n, y que transforma en un vergel una tierra de por si castigada por un clima seco. El castillo de Calatorao parece que se remonta a la �poca en que los musulmanes eran los se�ores de grandes zonas de Arag�n y su cultura brillaba con luz propia. Su nombre original " Qalat ", tiene reminiscencias �rabes, pero su actual estructrura data del tiempo en que los castillos adoptaron la forma de palacios fortificados para hacer m�s confortable la vida de sus habitantes. Esta transformaci�n se produjo alrededor del siglo XVI, exponente como es este edificio del se�or�o de los priores del Pilar de Zaragoza. En esa �poca los estamentos eclesiasticos pose�an dominios territoriales y el actual municipio de Calatorao les perteneci� desde el siglo XIII, durante varias centurias. La mansi�n que les acompa�a es de ladrillo, con almenas y patio columnario. La construcci�n fue restaurada hace a�os por aquel ilustre Zaragozano que fu� D. Jenaro Poza, siendo uno de los pocos castillos que se encuentran habitados en Arag�n. El conjunto se ve enmarcado por la noble estampa de la torre neocl�sica de 1.842, Iglesia en la que se encuentra una hermosa talla de un Cristo de los Endemoniados, debido a la creencia de que puede expulsar los malos esp�ritus de los enfermos del alma ante el que, antiguamente, ivan en romer�a milagrera a postrarse. El encuentro con Calatorao puede servir de entrada a la ribera del rio Jal�n Medio, en la que, no solo predominan las grandes v�as de comunicaci�n y los albergues y restaurantes de carrtera, sino los hermosos parajes y los pueblos cargados de historia. El Valle del Jal�n es el camino natural y casi �nico para adentrarse en Arag�n desde Madrid hasta Zaragoza. Esta ruta en la que se encuentra enclavado Calatorao, cuenta con asombrosos rincones naturales insospechados en medio del �rido paisaje. Otro de los elementos que dan nombre al pueblo es la calidad de sus piedras, muy apreciadas para la construcci�n de mobiliario urbano |
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